por La Organización de las Naciones Unidas publicó el mes pasado su reporte «Monitor de Desechos Electrónicos«, que ha descrito un panorama preocupante para la creciente crisis de la basura electrónica.
Según la publicación, en 2022 los humanos alcanzamos un nuevo récord de 62 millones de toneladas métricas de basura electrónica.
Lo más interesante, es que entre todos esos desechos hay grandes cantidades de dos metales que son altamente importantes por su relativo bajo costo, bajo nivel de contaminación y alto potencial de reciclaje: el cobre y el aluminio. El primero alcanza unas 2 millones de toneladas métricas y el segundo, 4 millones.
Pero hace falta más recliclaje
De toda esa cantidad de metales valiosos desechados, sólo el 60% fue reciclado, mientras que el resto sigue ahí, apilado en algún vertedero.
En el año 2022, la demanda de cobre en el sector electrónico se mantuvo cerca de las 6 toneladas métricas, de las cuales una buena parte pudo haber sido reciclada. Lo más triste del caso es que la demanda de ambos metales para la fabricación de vehículos, electrónicos y electrodomésticos sigue en aumento y podría triplicarse para 2030.
Lo peor de todo es que según el informe, y en medio de «la moda de lo verde», la producción de aluminio virgen genera 10 veces más emisiones de carbono que el reciclaje, por lo que el reciclaje de este tipo de metales realmente produciría un cambio en los niveles de contaminación.
Y es todavía peor en otros metales
De acuerdo a uno de los autores principales del estudio, Kees Baldé, la cosa se complica todavía más con aquellos metales raros, pero que aún así se utilizan mucho. Tal es el caso del neodimio, un metal raro que se utiliza para la fabricación de los imanes que se usan en productos que van desde altavoces hasta celdas de combustible y turbinas de viento.
Según la Agencia Internacional de Energía (IEA en inglés), en 2022 se usaron unas 9.768 toneladas métricas de neodimio para la fabricación de vehículos eléctricos y turbinas. Mientras tanto, en los vertederos de basura electrónica yacían ese mismo año unas 7.248 toneladas de neodimio, ¡casi tres cuartas partes del total requerido!
«Se considera un fastidio recolectarlo y separarlo», dijo Baldé al medio Grist, «y no hay incentivos ni del mercado ni de los legisladores para recuperarlo».
Algunos lo intentan, pero hace falta más
Claro que hay algunos esfuerzos por cambiar las cosas. Jeremy Mehta, de la Oficina de Materiales Avanzados y Tecnologías de Fabricación del Departamento de Energía de los Estados Unidos, dijo a los investigadores que ya se reciclan grandes cantidades de Paladio, un elemento que se usa como catalizador del hidrógeno en las celdas de combustible de los vehículos eléctricos:
«Reciclar Paladio de los desechos electrónicos podría ayudar a satisfacer la demanda global en la producción de celdas de combustible y de hidrógeno limpio».
Aun así, aseguró que hacen falta más esfuerzos, y que esos esfuerzos seguro darían buenos frutos a pesar de las dificultades. De hecho, el mismo Departamento de Energía anunció un premio por reciclaje electrónico en los Estados Unidos, que otorgará hasta 4 millones de dólares a aquellos competidores que presenten ideas para «aumentar sustancialmente la producción y uso de material recuperado de desechos electrónicos».
Por su parte, el vocero de la empresa de reciclaje de metales Enviro-Chem Inc, Josh Blaisell, dijo que también es necesario impulsar mejores políticas, como exigir a los fabricantes que diseñen sus productos de forma que desarmarlos y recuperar los metales sea más sencillo.
«Cuando metales como el cobre no son reciclados, usualmente es porque está en teléfonos inteligentes u otro pequeño dispositivo de consumo que no es fácil de desarmar».
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